26 agosto 2006

Sin vacaciones, proyectando


El sábado voy de boda y cuando pienso en ello se enciende en mi mente una secuencia a modo de recuerdo: Enric i yo apresurados subiendo por las escaleras de un hospital, llegando a la planta de maternidad y allí una enfermera mostrando a los familiares un niño que se llamaría Jordi y que no sabíamos a quien se parecería….(todavía) Recuerdo la emoción de Ramón cogiendo al niño, los abuelos sonriendo …y nada, que el niño se nos casa. Bien este Jordi un tipo callado, risueño, serio pero con cierta ironía mordaz. Inteligente y que sabe lo que quiere. Que sea feliz. Lo será.
Hace poco asistí a otra boda y empiezo a sentir un poco de vértigo pero hoy no voy a hablar de compromisos porqué es un tema que da para mucho y tengo poco tiempo solo enumerar tres o cuatro principios básicos (para mi) que ayudan a tener éxito en la vida de pareja.

1- Todas las parejas, como los yogures, tienen fecha de caducidad, los artistas de las relaciones conyugales pueden hacer que la caducidad coincida con la promesa “hasta que la muerte nos separe” pero son muy pocos. Para conseguirlo hay que trabajar duro.
2- Uno debe ser básicamente fiel a si mismo. Ese principio también es difícil de llevar a la práctica pero quien lo consigue le resulta fácil la vida y también la vida en pareja.
3- El camino de la pareja es conseguir que el otro sea él/ella mism@. Sea en definitiva fiel a si mismo. Nunca que sea como yo quiero que sea
4- En los mejores momentos hay que acordar las reglas de la separación. Cuando una relación de pareja se acaba no necesariamente hay que acabar, ni menos machacar, la relación.

Bueno tal vez parezcan consejos poco románticos, nada afortunados para una cita en el altar, pero os aseguro que son buenos consejos y sobretodo muy difíciles de llevar a la práctica. Pero Jordi y Marta son inteligentes, se quieren y trabajaran bien su relación.

23 agosto 2006

De vacaciones, recordando (VI)

De niña empezó mi admiración por la vida monástica que en lugar de decrecer ha ido aumentando hasta pensar en pasar temporadas largas en un entorno que vivifica el cuerpo y el espíritu. La vida cotidiana estructurada en acciones habituales y útiles. La sencillez del entorno, la belleza de lo cuidado con esmero por querido y valorado. La vida contemplativa, el sentido del ser, la naturalidad lejos de “la bulla” mental y social a la que nos sometemos la gran mayoría de los humanos y que nos parece tan magnífica. El silencio y la belleza inigualable de la contemplación del vacío fértil transformado en la aparición de una nueva flor, el singular por irrepetible ocaso del sol, la pertenencia al momento presente y por tanto la disciplina en obligar a la mente a vivir el ahora. La despreocupación por lo banal que tanto nos entretiene. La desaparición del consumismo para llenar ese vacío que no creemos fértil.
El silencio del que he hablado, que paradoja.
Sentir que eres, ante todo eres y notar la plenitud que eso significa.
Respetar la vida sin jerarquías. Todo es.
Por cierto ayer un buen partido y una diversión amorosa con mi familia.

En la foto el claustro de la Catedral de la Seu

21 agosto 2006

De vacaciones, recordando (V)


Poco a poco vuelven de sus vacaciones mis seres más queridos y siento como la ciudad despide un aroma más sutil y las calles perecen más alegres. Son así los efectos del cariño. Mañana el primer encuentro post vacacional con un Gamper, como viene siendo tradicional. Vengo de una estirpe culé, algunos de sus fundadores, los más mayores ya no están con nosotros, aunque sus restos (los de mi abuelo y hace poco los de mi padre) están muy cerca del Camp Nou y seguramente nos oyen. Otros ya no pueden ir al estadio, se les hace difícil y pesado volver a aquel lugar donde han pasado tan buenos y tan malos momentos, sus piernas o su ánimo no los acompañan pero saben que estamos allí cantando como descosidos, riendo como maníacos y convencidos de que el Barça es más que un club. No soy forofa, sólo cuando me reúno con mi familia para ver un partido, entonces me dejo llevar por el entusiasmo de mis sobrinos vestidos de culés, de mis hijos que siempre me sorprenden con sus mejores conocimientos de estrategia futbolística y por supuesto con Pere el “alma mater” en estos momentos, de esta tradición que os cuento.
Otra costumbre bien tradicional es la cena final de vacaciones. Enric i Carme suelen traernos viandas exquisitas de los lugares que han visitado. Este año estrenaremos piso, Roger i Tania se mudan a un ático y creo que éstas cenas, aún de verano, en adelante pueden celebrarse en una preciosa terraza.

Bien en una semana también mis vacaciones se habrán liquidado y otros problemas inundaran mi mente por si acaso otra imagen de agua y silencio

18 agosto 2006

De vacaciones, recordando (IV)


Sigue el verano con sus días y sus noches. Pasan los minutos con la misma cadencia enigmática que a veces parece presa de una malsana aceleración y otras con una pesada parsimonia. Muestro en las fotos espacios abiertos, un viaje exterior que ha sido un preludio a un viaje interior donde las emociones en estricta formación revolucionaria marchan para abarcar espacios de consciencia. Lo he dicho ya: el tema es la decadencia, el final.
Estas pequeñas revoluciones nos hacen mayores, seguramente un poco más sabios y abiertos.
En mi ventana de nuevo plantas y por los altavoces Antonio Gala habla de su libro de poemas “Tobías desangelado” un libro que viene escribiendo desde hace 20 años. Dice que no tema la muerte y que el poeta y el profeta son meros transmisores de la voz profunda que llevamos dentro. Es exactamente lo que pienso y en muchas ocasiones defiendo. L@s poetas somos transmisores de una voz que quiere manifestarse más allá de nuestra propia voluntad, así que hoy además de colgar en este post uno de mis paisajes de verano voy a elegir unos versos de mi poemario: Desde el rincón de la niebla.

ROMPER
la postura rebelde,
mostrarme vencida
por el tiempo

ADORNAR
la tristeza
con los fragores
del llanto

CUBRIR
el laberinto
de espesas
oraciones
Y después

RECOMPONER postura y sombra
ASPIRAR el aire en condiciones
IGNORAR la novedad en el espejo
PONERSE el verbo más brillante
ADORNAR con versos la memoria
RECONOCERME, en fin, vestida de diario


17 agosto 2006

De vacaciones, recordando (III)


Sigue este inicio de otoño, las tardes de verano se han camuflado con ropas de otra estación y se divierten confundiendo a los playistas veraneantes de este país a punto de iniciar una campaña electoral que ya veremos donde nos lleva. Mi tío Miguel parece reponerse de sus caídas y yo hago una inmersión en el mundo de los cuidadores. Vengo de la Botiga de l’avi de comprar un aparato para mejorar su movilidad en la cama y salgo de la tienda reconfortada con todos los utensilios pensados para mejorar la autonomía de las personas dependientes, pensando también, que cuando me llegue la hora de necesitar ayuda podré contar con una buena logística (espero).

Mientras escribo esto una de las 4 suites de Bach envuelven la habitación, el cielo como acostumbra últimamente se muestra gris de una densidad que se palpa y algunas gotas de lluvia riegan mis plantas ya mejoradas con mis cuidados. Diría que siento una cierta sensación de serenidad que me conforta después de inundar mi pensamiento con las imágenes del proceso de deterioro de la vida.

Acabo de terminar “Los pilares de la tierra” y como siempre, me entristece no reencontrarme esta noche con los personajes que me han ido acompañando a lo largo de estos dias.

En fin todo sigue aceptablemente bien y como premio descargaré de mi retina otra imagen de mis vacaciones para compartir con vosotros

15 agosto 2006

De vacaciones, recordando (II)


El mayor prodigio del mundo, entendiendo el mundo como aquello que existe, es el silencioso vacío, eso dicen los grandes místicos. Intuyo que debe ser así pero no lo experimento. El silencio hasta hace un tiempo me dolía. Ya no. Ahora desde mi sillón mientras escribo este nuevo post, el silencio de una ciudad casi vacía lo rompe el sonido le las gotas de lluvia que caen sobre el toldo de la terraza. El cielo cerrado y gris preludia tormenta, es como una ficción de inicio de otoño. Un pequeño regalo que nos aleja del horno estival que hemos sufrido y es por extravagante atractivo.
El sonido del mar y de la lluvia ; los olores que ambos desprenden al contacto con la tierra, la experiencia del viento sobre la cara (de nuevo Raimon) entrecortando la respiración, el sonido de un riachuelo de montaña buscando su cauce; forman parte de mis placeres más intensos y a la vez más relajantes.
La ciudad en un mes de agosto que preludia octubre, la lluvia que arrecia y va serenando el ánimo, en mi casa silencio de músicas y voces. Solo palabras, las que voy escribiendo para este post y una imagen que recuperar de la retina para mostrarla.
15 de Agosto y voy a por la chaqueta.

13 agosto 2006

De vacaciones, recordando (I)


Vengo de un espacio amplio y vacío que me llenaba. Delante de la Serra del Cadí o frente a la Vall de Santa Magdalena, desde los pequeñísimos pueblos de montaña donde la vida humana escasea pero no así la vida en su fundamental forma de vacío fértil. Vuelvo del silencio, pero no del silencio al que hacía referencia Raimon sino al que surge de esa fertilidad que solo se deja interrumpir de nuevo por el correr del viento cuando mueve las ramas o el paso del agua por el cauce improvisado de un riachuelo.
Vengo de una impresión verde que todavía contengo en las retinas, de una emoción seguramente ancestral que ha activado mis memorias más antiguas y me parece que no quiero salir de aquel paisaje perenne y amigo donde el vacío esta lleno y el alma se serena y el cuerpo se fortalece y la sonrisa aparece y es amor
Y vuelvo a mi casa llena y vacía en cambio, a una ciudad atolondrada que solo hace esfuerzos para ordenar el caos que genera. Y vuelvo a otras casas donde se me necesita para resolver temas de envejecimiento y dependencia. Y aquella belleza que todavía creo retener en mis retinas se escapa y la senectud se me muestra cruel y sin salida.
Eso es todo, tal vez ya sin belleza pero con el mismo amor