La música junto con la poesía, son seguramente las formas de expresión que más me acercan a lo sutíl. En cambio la pintura, un cierto estilo lleno de masa, me clava en la tierra, en lo atávico en lo informal. Últimamente cuelgo en el blog canciones que me gustan. La música tiene un gran poder evocador sólo asimilable al sentido del olfato. Escucho la melodía y zas estoy ahí en otro momento de mi historia. Sin apoyos mi memoria se despista y la música es siempre un buen anclaje para la evocación. El domingo mientras preparaba un risotto de setas, elegí el modo “aleatorio” de mi Ipod y entre un precioso canto gregoriano y los King's Singers apareció la canción “Se Feliz” del álbum Vida Tóxica y la voz de Luz Casal. Fue su primer trabajo después del cáncer. Recuerdo que la canción fue una punzada que me advertía de la escasez que entoneces sentía de esa volatil energía que da felicidad. Luz es una voz fuerte, seca y de una sensibilidad que sobrecoge.
Es muy divertida la mezcla de músicas que el ipod elige para que sea feliz