31 enero 2006

Desde mi particular mundo paralelo

Retomo al blog y a la satisfacción de la escritura. Cada día pasan cosas tan singulares que apenas nos da tiempo de apreciarlas. Nuestra capacidad para percibir una determinada vibración nos incapacita para darnos cuenta de otras realidades que se manifiestan paralelamente.
Los mundos paralelos, tal vez se trata de eso. Un ejemplo, sin pretender pasar por loca: En el asiento de mi coche, en el trayecto matutino de casa a mi puesto de trabajo percibo una presencia que me acompaña. Sé que está ahí, sentada a mi lado, pero no le encuentro el porqué ni el para qué. Desgrano algunas hipótesis para mi propio entretenimiento: Le gusta el asiento de mi pequeño y estiloso coche; le gusta la música polifónica que suelo escuchar; le gusto yo?????

No es broma, a veces le sonrío y siento su gesto de agradecimiento. Entonces sé que hay algo en el espacio vibracional que falla. Un fallo que me permite captar otra onda que me inunda de misterio. Todo es misterio que genera misterio.

Sé que ésta no es manera de darle seriedad al blog, pero aunque parezca locura, lo que os cuento es lucidez. Pensadlo y ya me diréis.

Después de las lluvias, una tarde de sol, de esas que anuncian las brillantes tardes de febrero. Todo parece estar en un orden ficticio pero la ficción hoy se vuelve promesa.