Recordaba sentada en el muelle de la bahía, si hubiera silbado, el lugar sería musicalmente más común, recordaba decía, cómo ante el mar su canal de energía se abría más y más hasta saberse como lo que era un haz de energía unida a la fuente más primigenia. Entonces sabía que nunca había nacido y que nunca moriría y una vital relajación pletórica de dicha la inundaba.
Sólo eso.