18 mayo 2008

Hace unos años Concha Pinós me llamó por teléfono para preguntarme si necesitaba algo de ella. Así de pronto no, le dije, hacía muchos años que no sabía nada de su vida. Me explicó que en la India había soñado conmigo y por eso había decidido llamarme, hablamos largo rato sobre sus proyectos, venía de la India de hacer un reportaje sobre les niñas recién nacidas que les daban un biberón para dormirlas para siempre, me habló de sus nuevos planes, estaba pensando infiltrarse en Afganistan en plena guerra para hacer un nuevo reportaje sobre la amarga vida de las mujeres en aquel país.
Ayer escuchaba por internet Catalunya Radio el programa “L’Ofici de viure” el episodio “ Què és la nova consciencia? Y apareció Concha en su doble papel de activista pro Derechos Humanos , ella es la directora del Festival de Cine Derechos Humanos y Embajadora por la paz en misiones humanitarias. Actualmente trabaja en Birmania y enseña yoga tibetano por todo el mundo. Hace poco volvió de Birmania donde se encontraba cuando el desastre.
Mientras la escuchaba pensaba que ella es un buen ejemplo de esa nueva conciencia que se va expresando y que prioriza la responsabilidad de las propias actuaciones contra la inconsciencia que destruye y elimina, la austeridad frente al despilfarro de un consumismo que ya se hace lacerante, el compromiso con una nueva manera de estar en este mundo, la solidaridad contra el individualismo.
Acabo de leer “Mon Groc” de l’Albert Espinosa y Concha es una groga para mi

17 mayo 2008

Mon Groc

Acabo de leer “Mon Groc “de Albert Espinosa. Me encanta Albert, es un hombre joven sencillo, humilde, positivo pero especialmente original. Su pensamiento conforma un mundo propio que lo hace atractivo y cuando ves su cine “Planta cuarta”, “Tu vida en 65’” o “Nadie es perfecto” te das cuenta de su originalidad, te permite entrar en el paradigma donde vive y parece ser feliz.
¿Pero cómo no va a ser feliz un alguien que no teme a la muerte? A pesar de vivir sin una pierna, sin un pulmón y sin un trozo de hígado, su mundo parece perfecto, él se ríe respetuosamente de sí mismo y hace lo que quiere y dice aquello que piensa. Esa libertad me seduce y me aporta valor. Me gusta leer su columna de los domingos en “El Periódico” y disfrutar con sus originalidades.
Creo mucho en las personas que son capaces de diseñar sus propias vidas, tendemos a vivir las vidas de los otros, las que otros han diseñado para nosotros y nos parecen nuestras. Pero algún@s consiguen superar los obstáculos y descubrir cuál es su verdadero camino, cómo lo quiere vivir, cómo disponer la mente para que le haga les ayude en lugar de que les distraiga de lo que de verdad importa. Son gente original y sensible que no siempre son comprendidos pero que son estrictamente necesarios.