30 julio 2005

Entre dos liturgias




7,59 p.m.

Esta noche magia: un Grec , Marc, Yerma , Lorca, la brisa que también habrá comprado entrada para acompañarnos; la luna, que si hoy está llena recreará la escenografía o la hundirá si no es de su agrado . Subiremos Reina Cristina arriba, las fuentes luminosas al fondo mientras hablaremos de teatro y otros asuntos. Nos recordaremos la importancia de esta cita anual y sé que sea como sea esta Yerma, lo pasaremos bien.

1,00 a.m

Ufff...una Yerma que pasará sin pena ni gloria, un montaje que olvidaremos pronto; una interpretación que poco ha aportado al personaje, la escenografía parecía querer y no poder y aún así la noche ha transcurrido con esa lentitud parsimoniosa de las noches del Grec , donde todas las liturgias del teatro se convocan y parecen estar presentes en una sesión que me guste o no siempre, a la salida, siento un regusto de satisfacción gratuita. Son momentos con Marc (mi hijo mayor) en la foto que acompaña este post una muestra de algunos de sus montajes.

Así es la creación, unas veces hace que apagues la luz de la mesilla arropada por una cierta trascendencia y otras solo cierras los ojos y procuras dormir….buenas noches.

29 julio 2005

Entre el viento y la entropía


Esta madrugada he sentido como un viento de mar se ha levantado y con furia se ha parado en mi ventana golpeando una y otra vez hasta exigir mi atención. ¿Como tratar un viento malcarado que exige un espacio dentro de mí casa, todavía llena de imágenes oníricas? ¿De que hablaríamos si me doblegase a su exigencia, él, yo y una parte de mi sueño interrumpido que me insiste en continuar? ¿Como atender sus signos y sobre todo, por qué el viento parece enojado conmigo?

Preguntas que dormito desde la terraza de un café céntrico de una plaza céntrica de mi ciudad excéntrica pero acogedora. Vivimos distraídos a las formas que se entretejen a nuestro alrededor. Relatamos una única historia que empieza en el génesis donde se gestó la entropía y continúa con todas esas caras nuevas que se suceden unas a otras. Podría contar cientos, tal vez miles de personas paseando delante de mí, con una vida colgando a modo de bolso que contiene todo aquello tan imprescindible como predecible. Todas con su porción de desencanto, de engaño de miseria y de resurgimiento. Todas en clave de verano, uniformadas, sinceras en su verdad más profunda y oculta, entretenidas por las circunstancias, los eventos, la información.

Dejé, al fin, entrar al viento, no traía nada inquietante, tal vez un poco de soledad que se mezcló con la mía, tal vez hambre de siglos que no pude llenar con el café con pastas que le ofrecí.

27 julio 2005

Entre guerras



Una comida lenta con mis viejos amigos, nostalgia de otros tiempos por los que asoma su propia juventud. Recuerdo dice Teresa (mi madre) cuando llegaron a Barcelona los Nacionales, entraron por la Diagonal, nosotros entonces dormíamos en Sarria, por la guerra ¿lo recuerdas Miquel? Miquel es mi tío un solitario hombre solo.
Siempre a vueltas con el paso del tiempo. El tiempo parece ser un concepto inexistente, relativo, migrante, pero también parece acercarnos al umbral del Oscuro donde quién sabe si la luz por contraposición es su propia esencia.
Se trata de la trascendencia, de su manifestación en el tiempo nuestro de cada día, de cada pedacito de día. El tiempo como un medidor implacable y engañoso y la trascendencia como manifestación de lo infinito dentro de los límites de lo que se nos manifiesta como finito.
La guerra, aún la guerra, mientras comemos un risotto de boletus, al que le he dado el tiempo suficiente para que esté al dente. Algún día ellos no estarán y recordaré y explicaré que cuando eran pequeños un joven soldado con una bandera española les ordenó hacer el saludo fascista. Tal vez eso somos: eslabones que existimos para tarnsmitir la memoria. Tal vez de eso vaya también este blog y su intención de mantener fresca mí o nuestra memoria.