09 enero 2011

Con mis mejores deseos


Se terminaron las navidades, parece que el frío se retira lentamente y el sol asoma para templar un ambiente de final de fiesta y también de crisis, nos viene bien un poco de calor y de templanza.
Se diría que se pinchó una burbuja hinchada de una felicidad vacía y parece que va siendo hora de deshacer un sueño de crecimiento permanente a costa de no mirar a aquellos que están en permanente decrecimiento. Puede que ya no valga el “sálvese quien pueda”, aunque ciertos colectivos preñados de dinero y de poder sigan creyendo que para ellos aún funciona. Tal vez sin una pedagogía que nos permita conocer para experimentar nuevos valores, mejores manera de organizarnos, de entendernos, no podamos modificar el viejo paradigma del crecimiento que fue útil en la revolución industrial pero que ya no aporta nada a la evolución humana. Quizás debamos volver a reconocernos desde nuestra conciencia, no desde nuestro estatus.
Tal vez ese “practicismo” en el que todos hemos entrado, las derechas y las izquierdas, ese “totum revolutum” que desde un mundo rico y de bienestar hemos ido creando debe de dar paso a otra manera de entender lo político, lo social, lo ético. Solamente un ejemplo, en los años 2006, 2007 y 2008 murieron (que se tenga noticias) 12.000 personas intentando llegar en pateras a nuestras costas desde África.
Tal vez resulte que sí haya una revolución pendiente.

1 comentario:

montse dijo...

I per on es podria començar??!!...
Hi ha massa murs que bloquegen el camí a seguir i malauradament no hi veig una bona sortida.
Una abraçada.