04 enero 2009

De sombras y latidos

Veía color en las sombras y exploraba su densidad para saber quien la proyectaba. Todos tenemos un don, una habilidad que no podemos dejar de hacer y hacerla bien. La suya era reconocer las sombras, podía reconocer su densidad, el sonido de su movimiento, las fragancias que emitían y con esa información tenía una idea exacta de la presencia que la llevaba.
Era raro, pero de alguna manera, no lo era. Porque si ella observaba las sombras, él oía los latidos de todo aquel que pasaba por su lado y esa audición le informaba de la calidad de los corazones que todos escondemos en el pecho. No era su salud lo que él percibía sino su bondad.
Cuando se conocieron pensaron en poner un negocio y se entusiasmaron con la idea pero advirtieron a tiempo que no era fácil encontrar clientes, porqué no era fácil anunciar sus dones, porqué no resultaba sencillo explicar su utilidad, porqué las personas tienen otros intereses, porqué……
a veces los genios pasan inadvertidos para la mayoría de los mediocres y es una pena porqué si podiésemos reconocerlos nos quedaríamos muy sorprendidos de todo lo que podrían enseñarnos. ¿Pero a quién le interesa conocer a una detectora de sombras o a un contador de latidos?


1 comentario:

enric dijo...

M´agrada molt la nova caratula del teu blog...i que agis agafat de nou la marxeta de escriure