
Era raro, pero de alguna manera, no lo era. Porque si ella observaba las sombras, él oía los latidos de todo aquel que pasaba por su lado y esa audición le informaba de la calidad de los corazones que todos escondemos en el pecho. No era su salud lo que él percibía sino su bondad.
Cuando se conocieron pensaron en poner un negocio y se entusiasmaron con la idea pero advirtieron a tiempo que no era fácil encontrar clientes, porqué no era fácil anunciar sus dones, porqué no resultaba sencillo explicar su utilidad, porqué las personas tienen otros intereses, porqué……
a veces los genios pasan inadvertidos para la mayoría de los mediocres y es una pena porqué si podiésemos reconocerlos nos quedaríamos muy sorprendidos de todo lo que podrían enseñarnos. ¿Pero a quién le interesa conocer a una detectora de sombras o a un contador de latidos?
1 comentario:
M´agrada molt la nova caratula del teu blog...i que agis agafat de nou la marxeta de escriure
Publicar un comentario