06 septiembre 2007

De latidos y barrotes



¿Que puede haber mejor que escuchar latidos?
Le dijo un tipo alto y enjuto a un policía que lo llevaba maniatado hacia la comisaría.
El poli bueno en silencio eludía la respuesta con la misma resolución que eludía los ojos del reo.
Repito, insistía prisionero, dígame si no es una actividad noble escuchar latidos, recalar en las pausas, emocionarse ante la leve aceleración del pulso, retener la respiración ante un silencio desacompasado del ritmo, animar con el gesto la perfecta cadencia de un latido tras otro, ver desde la mente el corazón disparando bombas de sangre. Sentir la vida en el movimiento constante del pulso.
El poli malo de un empujón lo metió en el coche y cerró la puerta bruscamente.
Pero yo desde la esquina en la que observaba toda la secuencia, me apresure a recoger el fonendo que había caído del bolsillo del hombre que ahora iba camino de la cárcel y busqué con el adminículo que cuelga del extremo de las gomas mi corazón para relajérme escuchando mis propios latidos.

A veces es importante comprobar que tenemos corazón
.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tal vez escuchar los latidos del corazon de los seres amados...
Si amar es mas fuerte que ser amado, ser amado puede hacerte mas feliz, o no ?