14 junio 2007

Para Berta

Ella deja el bolso con un gesto repetido por el hábito diario. Abre el ordenador mientras piensa que es un viernes y suele comer gazpacho y por la noche hará “un cine” como acostumbra los días viernes.
El sonido del teléfono la centra del disperso zumbir del pensamiento.
Si dime, Berta: ¿Ah que no recibiste el mail que te envié?
No se lo envió,
¿Para qué enviarle una mala noticia, aturdirla con aquella nueva que la llevará al puerto del desasosiego?
Cuelga el teléfono con un asomo de disculpa y sale corriendo hacia la máquina de café para tomar una chocolatina que engullirá sin saborear para saciar un vacío inabarcable.
Cuando vuelve a su lugar de trabajo observa por la pantalla del ordenador, volar unos pájaros, ella les sonríe, son un buen augurio.

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