Sentada delante de la tele escribo para no aburrirme demasiado. Veo un programa que se llama factor X y parece que buscan gente especial, artistas, como se llamaba antes a aquellos que sin ser especialmente buenos en algo sabían transmitir aquel duende que les rondaba y los hacia especiales, un claro ejemplo fue Lola Flores, que sin cantar especialmente bien, ni bailar medianamente bien deleitaban, comunicaban, Miguel Bosé, Alaska, personalidades atractivas, la lista es larga. Son los que marcan diferencia, según el programa los que tienen el factor X. Pero los aspirantes que veo en el programa en su gran mayoría dan “pena, penita pena” por citar a la faraona.
Cambio a mi autonómica la “ceba” y me topo con la magnífica serie Herois, que no consigo nunca seguir la trama, cuando no me duermo, me distraigo y no la pillo. Doy un tumbo hacia la cinco y me quedo dos minutos pero empieza la publicidad. Sigo por las pelis de Ono y me parece increíble que esté pagando por ver unas películas que de viejas hasta se ven mal.
No me resigno a salir del aburrimiento y aparecen en la 2 las mujeres desesperadas, pero para desesperación la mía por no encontrar un buen entretenimiento en el país de la distracción.
En el 33 Aznar pidiendo el voto popular bajo la amenaza de que si no los votamos gobernará ETA. Esto si es divertido así que aquí me quedo un ratito. Todo lo bueno se acaba y siempre me queda mi libro o mi música que escucho en mi mini ipod o mi silencio cada día más elocuente.
Cada día creo con más convicción que debo restablecer nuevos hábitos, estos días pensaré en cuales.
Cambio a mi autonómica la “ceba” y me topo con la magnífica serie Herois, que no consigo nunca seguir la trama, cuando no me duermo, me distraigo y no la pillo. Doy un tumbo hacia la cinco y me quedo dos minutos pero empieza la publicidad. Sigo por las pelis de Ono y me parece increíble que esté pagando por ver unas películas que de viejas hasta se ven mal.
No me resigno a salir del aburrimiento y aparecen en la 2 las mujeres desesperadas, pero para desesperación la mía por no encontrar un buen entretenimiento en el país de la distracción.
En el 33 Aznar pidiendo el voto popular bajo la amenaza de que si no los votamos gobernará ETA. Esto si es divertido así que aquí me quedo un ratito. Todo lo bueno se acaba y siempre me queda mi libro o mi música que escucho en mi mini ipod o mi silencio cada día más elocuente.
Cada día creo con más convicción que debo restablecer nuevos hábitos, estos días pensaré en cuales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario