12 abril 2007

La suplente

Ayer como cada tres o cuatro meses, cura de humildad: Asamblea de vecinos en el vestíbulo de la escalera, todos de pié, levantado el cuello para ver quien pronuncia más fuerte, apelotonados, dando paso a los vecinos que avergonzados pasan por el vestibulo camino de su cena mientras los vecinosmilitantes andamos dale que dale contra el deterioro.
Mon me dice, siempre me dice dos cosas que me las repite cada vez que viene al caso o le viene en gana, a saber: que mi comunidad de vecinos y vecinas es cutre porqué las asambleas las hacemos en el rellano de la entrada, en vez de alquilar una sala en la que estar todos sentados cómodamente discutiendo sobre nuestro futuro como comunidad; como por cierto hacen en la suya. Y que mi lavavajillas no funciona tan bien como el de su hermana, que siempre saca los platos mucho más limpios que los míos si necesidad de pasarles un agua como hago yo.
Bueno, me he ido de lo que importa que es la reunión de vecinos y en consecuencia mi baño de humildad.
Mi bloque de pisos lo formamos personas de diferentes procedencias, sexos y fortunas. A este complejo avispero humano siempre se le añade algún “garrulillo” y alguna “mariana”, muchos "sabioncetes" y alguna "despistadadescreída" como la que escribe, que no acostumbramos a perdemos una sola reunión, seguramente porqué nos divierte la entropía.
También tenemos el vecino pensionista de toda la vida, dedicado a la comunidad y "manipuladorcillo" como pocos, que hace que todos votemos o no en función de sus intereses. Ahora me viene bien pues reparamos y derrama al canto, ahora no le viene bien a su pecúnio y vamos pasando con lo que tenemos.
Los demás, los que persiguen cenar a su hora y pasan avergonzados son los "normales" y cuando pasan siempre pienso con cierta envidia: por ahí va alguien inteligente.
El orden del día de ayer me interesaba, pues entre otros muchos temas se hablaba sobre la nueva decoración de las cabinas de los ascensores, punto que por cierto me perdí porqué mi perra Bruna ayer no terminaba nunca de hacer sus necesidades.
Nuestro procurador y coordinador de la reunión es un tipo alto con pinta de esquiador y que se acaricia la calva con una fruición tal que recuerda algunas formas eróticas que me entretienen del largo y tortuosos (des)orden del día.
Sé que pensareis: …..¿y a que viene lo del baño de humildad?
Ahora voy.
El de la calva dice: pasemos si les parece al punto segundo; se trata de cambiar la claraboya del interior del parquing…..y yo pienso: ¿"de que claraboya está hablando, yo nunca la he visto"? Y de repente toda la comunidad habla a la vez opinando sobre la oportunidad de cambiar la claraboya del todo invisible para mí.
Dice el de la calva: el presupuesto que nos dan es de 6.000 euros ¿aprobamos? y todos como un solo hombre dicen: sí aprobamos.
Herida en mi orgullo me dirijo a mi izquierda y allí está el tipo más zote de toda la escalera, que me da una explicación técnica de la claraboya que me deja mareada y más desinformada aún de lo que ya estaba.
Con el ánimo bajo y la autoestima perdida pasamos al tercer punto del desorden del día; el cambio de los motores de los ascensores……pero que dice este tipo, pienso para mis adentros, si estoy pagando una derrama de 200 euros cada mes y durante cuatro meses y pensaba yo que las pagaba por
qué cambiábamos los motores de los ascensores. ¿¿¿que narices estoy pagando?????
No doy pié con bola. Me miro y me digo, Àngels, que tu vales mucho, ánimo que seguro que en próximo punto te enteras de todo!!
El de la calva dixit: Por las obras de detrás del edificio, se ha visto afectada una medianera que la empresa constructora de las obras reparará sin gasto alguno para la comunidad. Hago un esfuerzo por identificar la medianera y cuando por fin la visualiza mi mente, me doy cuenta que la medianera a la que se refieren tiene los días contados porqué ahí va a ir una calle, pero cuando voy a decir !eh para que repararla si la van a tirar en nada! Todos mis vecinos están votando afirmativamente para su reparación.
Observo a las personas de la asamblea y me dirigo al presidente que me da que es listo, para decirle...oye no te parece que es absurdo reparar un muro para tirarlo y me dice: bueno pero que más da si no nos cuesta nada!!!
Me vuelvo a mi piso vencida, desmoralizada y pensando si no será otra la que disfruta de las asambleas, otra la "garrulilla" que no se entera y cuando salgo del trabajo usurpa mi casa.
Abro la puerta y me miro en el espejo, no, no parecezco otra y mi esperanza renace

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