03 abril 2007

Como la lluvia y la nieve






Despierto y en la ventana del techo abuhardillado situada justo encima de la cama, veo como los copos de nieve caen. Empieza un día que promete una incursión hacia la sección de paisajes.
Todo lo que ayer identifiqué como formas de bosques y casas ahora están cubiertos por esa pátina blanca de las primeras horas, cuando aún la mirada se desparrama sobre el lienzo blanco y todo parece esperar color.
Bruna experimenta la nieve con un gozo similar al mío y ante nuestra excitación Mon decide abandonar momentáneamente su sección libros para pasar a mi sección paisajes. Mientras la maravilla de la naturaleza se nos muestra en su faceta más exultante y los pies sienten la excéntrica ilusión de dejar huellas.
Andando por los bosques la respiración se hace intensa y escuchamos otro modo de silencio más denso, el de la nieve, más discreta que la lluvia en su desplome, pero más contundente en su presencia.

Tengo claro que a este momento paisaje, le corresponden mis tres Cantatas de Bach que me he traído intuyendo instantes de especial trascendencia. Pongo el cd en mi aparato de escuchar cd’s y empieza la cantata Gleichwie der Regen und Schnee vom Himmel fällt cuya traducción es (Como la lluvia y la nieve descienden del cielo) no existen las coincidencias, o yo así quiero creerlo, así que me siento inspirada y preparada para el concierto. Leo tranquilamente el libreto mientras las notas interpretadas por instrumentos y voces invaden mis oídos y mi corazón. En la ventana los bosques nevados y el Ricercar Consort canta el primer recitativo:

Lo mismo que la lluvia y la nieve caen del cielo
Y no regresan de nuevo allí
Sin antes humedecer la tierra fertilizándola,
Haciendo que la semilla germine
Y nos de el pan para comer
Así también será la palabra que de mi boca sale.

La magia de nuevo se manifiesta

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