16 marzo 2007

En la madrugada

La madrugada aparece y mi insomnio la recibe. Llega silenciosa, sigilosa. La mente despierta se acomoda a la atención y capta los leves sonidos de la noche, la tos de mi perjudicada vecina, cuando su bronquitis crónica no la permite descansar, un gato que grita como atormentado ¿Qué cosa le estará sucediendo? Un coche acelerando, alguien con prisa. La mente todo lo capta, no hay dispersión.
La cama está caliente y el cuerpo relajado, es el momento preciso para abrir el libro y saborear sus palabras, las intenciones que se intuyen entre líneas, sus voces que rompen el silencio que la mente perseguía.
Es el momento ideal para leer.
También para la reflexión siempre que la mente no nos lleve por derroteros de angustia posiblemente provocados por la anterior e incontrolable actividad onírica.
No soy madrugadora pero cada vez soy más amante de la experiencia de la vida y cuando le robo algunas horas al sueño, siento como la noche me regala una atmosfera que me parece mágica, donde todo lo que vive se hace lento y los minutos realmente tienen 60 segundos, contados con cierta parsimonia.
Tal vez la madrugada comparta secretos con los noctambulos, los insomnes y los iluminados ocasionalmente me identifico con los segundos y siempre, siempre con los terceros.
Feliz madrugada

1 comentario:

Anónimo dijo...

Avui has fet anys ....petons sempre teu....Enric