14 marzo 2007

Blablabla

Las largas jornadas de trabajo son cansadas, pero si el día ha respondido a tus expectativas es tonificante. Hoy he llegado a las 20,30 a casa y me apetecía un largo paseo con Bruna, un paseo sereno por unas calles llenas de tráfico ¿Cómo es posible serenarse entre coches corriendo por la Gran Vía en busca de sus parkings? Sencillamente por costumbre. Una se acostumbra a todo.
Ya en casa y mientras preparaba unos espárragos y una tortilla para deglutirlos con la avidez de esa hambrienta que surge de mi cuando hay luna, oigo hablar a Rajoy de lo mismo de siempre, blablablaporqueustedsesometealchantagedelosterrorisata, blablablaporqueustedesnocerenenlasleyesnienelestadoblablabla.
Para nada se me atraganta la cena, me siento serena y nada me va a sacar de este estado de gracia. Aprovecho para escuchar algunos cd’s que últimamente me compré y que no había tenido la ocasión de escucharlos. Merchan Dedé suena con su música Sufí, a la cola le espera el disco la segunda parte de Brazanville. Ambos me entusiasman y alimentan otra parte de mi ser menos prosaica.
Escribo estas líneas un poco soñolienta pero alegre.
Cierro este post a las 11 de la noche y me voy a abrir mi libro a ver si por fin lo acabo.
Buenas noches

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