13 diciembre 2006

La chica de ayer

Un día cualquiera no sabes que hora es, pero parece mediodía porqué el sol está alto i brilla con tal generosidad que toda la tierra le sonríe agradecida. Los pasos se hacen lentos aunque conocen el camino. Por la plaza las terrazas sufren la indigestión de gentes bebiendo refrescos sin alcohol y el alma canta “La chica de ayer”, pues claro y qué si no. El tiempo destila un perfume indescifrable aunque añejo. La suerte estaba echada y en cambio él parecía sostener todas las posibilidades. Una sonrisa y una mano que saluda….aunque no, sólo se despide, se borra la sonrisa calla la canción y la chica, ahora sí, ya es ayer. Ya no tendrá un porqué para acostarse a su lado y con su corazón está llorando otra vez.

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