15 junio 2006

Hacia Barcelona feliz


Que magnífica experiencia, vuelvo a casa en mi precioso coche, circulo por la autopista bajo un cielo gris y denso que parece querer abrigarme a pesar del calor, yo como siempre atenta a la conducción y a pensamientos esquivos y alegres. Al fondo un relámpago y en el coche uno de los conciertos de música antigua que organiza cada año la Obra Cultural de la Caixa, que por cierto ya no se ofrecen desde el CaixaFoum con lo que a mi me gustaba esa proximidad. Un bajo continuo interpretaba a Pergolesi (por inventarme el autor) y a la llegada a Barcelona un gran embotellamiento que me va a hacer llegar a casa a la hora de dormir, saltándome la cena.
Por tanto tenemos: un pensamiento atento y alegre, una música suave y antigua, una tormenta densa pero estimulante y el embotellamiento como oportunidad para escuchar con más deleite la música, para ver con más placer la tormenta y para inundar de alegría el espacio de mi Minimagnífico.
Creo que estoy feliz, ¿para qué cabrearme por el caos circulatorio de mi ciudad tan llena de inconvenientes pero tan íntima?

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