06 febrero 2006

Desde una tarde de febrero



Por fin febrero anunciando la primavera. Tardes brillantes de sol y luz, la tortilla, la sardina colgada en una caña, el puerto, los enamorados, las Ramblas de mi ciudad. El azul intenso que desde la ventana de mi despacho me alumbra la mente. Febrero, seguramente el mes con las tardes más esplendidas. Un sentimiento de profunda libertad, la experiencia de vivir que se abre al oscuro. Apostada en un punto sin retorno apenas espero casi nada y estimo mucho casi todo. Todavía la inteligencia me fluye rápida y mis sentimientos se manifiestan a borbotones aunque ordenados. Distingo libertad en mi interior cada vez más iluminado, menor presencia de miedo. La libertad como espacio íntimo y casi innegociable. Un poco de soledad bien entendida, de la que enriquece y sobretodo mucho, mucho, mucho amor por todo y todos.
Gracias.
Que buen mes febrero.

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