10 septiembre 2005

Entre calles y fotogramas

Una secuencia que me encanta vivir algunos sábados: Plaza Universidad, Plaza Castilla, MACBA, Plaça dels Àngels, Pintor Fortuny y comida en BioCenter, para mí de los mejores vegetarianos de la ciudad, donde las tartas de verduras son excelentes. Después FNAC , hoy en busca de “Gente Corriente” la opera prima de Robert Redford como director y ganadora de 4 Oscars y “Mi vida sin mi” de la cada día más sutil pero contundente Isabel Coixet. Dos película que han ido a mi cesta que junto con “Las invasiones bárbaras”, segunda parte, después de casi treinta años, de la magnífica “El declive del imperio americano” forman mi trilogía particular de "hoy" para abordar distintas posiciones ante la muerte propia, o de un ser muy querido. Haré copias para el equipo de duelo y propondré un forum.
Sigo con la secuencia y subo hacia el cine Verdi en busca de “Ayurveda: El arte de la vida”.
Ayurveda es una película documental de Pan Nalin un director hindú del que había visto “Samsara” película que me había impresionado. El tema de Samsara es la busqueda del sentido de cada vida. Es el daimón que en Grácia y Coraje nos explicaba Ken Wilber que tanto anhelaba Treya, es el propósito que cada vida tiene asignada y que cuando se halla, un caudal de energía sutil fluye indicando el encuentro, aprobándolo, dando fuerzas para seguirlo y Nalín lo explicó muy bien en su película. El Ayurveda es la ciencia de la salud, es una ciencia médica milenaria que se practica en la India. Me interesa mucho la medicina integral, aquella que tiene en cuenta el cuerpo, la psique y el espíritu, que busca su equilibrio. Veo la película documental que explica, creo que sin pasión, pero con un respeto profundo la practica antigua del Ayurveda, la relación médico paciente, los principios del equilibrio en el cuerpo humano. me parece poco aplicable en occidente. Creo que las medicinas alternativas o complementarias tienen éxito porqué atienden no únicamente el síntoma del paciente sino que buscan el equilibrio entre los distintos elementos que nos configuran como seres humanos. Siento respeto por la medicina holística aunque la masificación ha hecho perder el papel del médico de familia, aquel que conocía no únicamente la enfermedad del paciente si no que ambién, su carácter, su entorno, su vida.
Hay que recuperar la globalidad del ser, su integralidad, hay que buscar el equilibrio.
Un buen sábado!

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