
Caminar en compañía de tanto interrogante me abruma, no lo puedo superar. Mon me dice, con ese saber estar en el mundo, tan propio de las personas que aman la vida: ¿Pero porqué siempre estás a vueltas con el interrogante? Sí es cierto lo que dices: es decir, que te supera y nos supera a los humanos la comprensión de ese engranaje complejo de enorme incertidumbre que es la existencia ¿Entonces para qué perder el tiempo pensando en algo que no podemos comprender?
Tanto pragmatismo también me abruma y me gustaría hacer un calculo al estilo de Juan Carlos Ortega para saber cuanto pesan mis interrogantes y que capacidad de aguante tengo para llevar a cuestas a todos ellos sin que merme un ápice de mi interés por el vivir, que es otra cosa que mi interés por la vida. Claro que si mis genes me hubieran transmitido el valor de lo práctico posiblemente ahora no reflexionaría sobre la absurdidad sino que pensaría en como finalizar este post para salir a vivir.
Pues va a ser eso. Voy a salir a pasear y prometo no mirar al suelo para recoger otro interrogante cualquiera que se me ponga en los pies y hablar sobre la belleza de las cosas pequeñas y planificar el fin de semana y …… pero que es esto? De pronto me veo reflejada en la luna de una tienda de ropa y detrás de mi me ha parecido ver un siglo de contradicciones que me ha sugerido la idea de ……….
En la imagen // quatre idees sobre el silenci//de l'exposició la Veu Estràbica.
2 comentarios:
Simplement GENIAL !!!!!
Ningú no hagués pogut explicar-ho millor.
Ay si no fod per tu que solitari estaria aquest blog.
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