03 enero 2010

Manos que escriben

Transcurren los primeros días del año entre la parsimonia de los días en los que no se madruga y el acelerón de llegar a reyes con los deberes (compras) hechos. Aunque parezca contradictorio respiro un cierto equilibrio entre las prisas y las calmas.
Hay tiempo para todo, como reza el Eclesiastés, uno de los más profundos libros de la Biblia (al menos para mi). Ya hemos repasado todo lo que el año ha dado de sí y ha sido mucho pero no demasiado bueno. La ambición de algunos que tienen una manera de entender el mundo y sus cosas, demasiado peligrosa para todos, nos han llevado a una crisis que hemos terminado pagando los que nos levantamos cada día para ganarnos un sueldo que declaramos. La codicia de siempre. Eso también afecta al medio ambiente esa manera de consumir tan desmesurada y sin sentido. En Copenhague apenas se han sostenido algunos acuerdos a pesar de que estamos en grave peligro. Que poco sabemos amar, amarnos y amar este planeta que nos permite la vida.
También ha habido cosas buenas, más sencillas, cada vez hay más personas que se orientan hacia la solidaridad y activan acciones que mejoran el mundo. Cada una de estas acciones nos recuerda nuestra profunda humanidad. Tal vez eso nos salve.
Mientras esto escribo por la ventana entra una luz que me ilumina y veo reflejadas mis manos en la pantalla de mi ordenador. Son manos de mujer mayor que ahora escribe.

1 comentario:

enric dijo...

Serà veritat???????? ....després d´un any tornan a fluir les teves paraules i les teves reflexions en aquesta petita finestra del teu blog...que no s´aturin. FELIÇ ANY NOU