Ando de aprendiz de coach, lo que me lleva un esfuerzo considerable ya que desde que ha empezado arrastro sombras en formas de dudas, compromisos, papeles, libros perdidos y no reeditados, síntesis de síntesis de síntesis pero y sobre todo también se abren luces, nuevos compañer@s con los que voy coincidiendo en temas distintos, Ken Wilber, Bach, algunos autores de cabecera. Las conversaciones se suceden entre tema y tema y el saber de todos puesto en común se crece hasta llenarnos de una energía poderosa que nos hace olvidar que en un año no vamos a tener “casi” fines de semana.
El tiempo es oro, como el silencio, como el buda que llevamos dentro, como las palabras cuando son pronunciadas con cariño. Y todo construye.
El tiempo es oro, como el silencio, como el buda que llevamos dentro, como las palabras cuando son pronunciadas con cariño. Y todo construye.
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