Lo dice Espinosa que tiene 33 años una pierna amputada, un solo pulmón y una extirpación de un trozo de hígado por un cáncer que empezó a sufrir a los 14 años. Mucho sufrimiento transformado en filosofía del buen vivir. Mucha resiliencia. Él (Albert) no teme la muerte y escribe guiones, textos teatrales donde ella (la muerte) esta presente sin ningún dramatismo, sin ninguna impostación. Ella (la muerte) llega porqué tiene que llegar y este tipo joven, alegre, amante de la vida, ha ido elaborando su propia cosmología que presenta sin ambages, sin excusas con pasión y lo que es más original sin miedo.
Parece que me muestro cinéfila, pero hay textos e imágenes que me llevan a enriquecer mi pensamiento y algunos interrogantes se abren…..muy pocos se cierran, sé que en temas relevantes, transcendentes hay que asumir la carga de los interrogantes abiertos aunque poco a poco algunos empiezan a desvanecerse.
Así es la madurez también a los 33 años.
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